“Como bien relata Erasmus, gracias a Hiparco de Nicea pudimos comenzar a medir el brillo de las estrellas, de lo que surge un tema interesante: Hiparco vivió en el siglo II antes de Cristo, nada menos que dieciocho siglos antes de que se inventara el telescopio. ¿De modo que consiguió dividir el brillo de las estrellas en seis categorías a ojo? Pues sí (y no podemos sino maravillarnos ante estos astrónomos de la antigüedad que, con indecible paciencia y posiblemente continuas irritaciones oculares, consiguieron hacer que avanzara el conocimiento del cosmos).”
