Considerado una de las muestras más importantes de la arquitectura neoclásica en México, el lugar que funcionó como hospicio para niños de 1810 a 1980, desde hace más de tres décadas se convirtió en un espacio para el arte y la cultura

Considerado una de las muestras más importantes de la arquitectura neoclásica en México, el lugar que funcionó como hospicio para niños de 1810 a 1980, desde hace más de tres décadas se convirtió en un espacio para el arte y la cultura