Rodolfo Edwards, poeta argentino, nos habla sobre otro poeta: Evaristo Carriego, creador de Misas herejes (1908), La canción del barrio (1913) y Flor de arrabal (1927) “A partir de versos humildes y melodiosos, rescatando del fango las pequeñas sociedades que arman a veces las palabras gastadas por el uso, empachándose los ojos de imágenes repetidas en la rutina del vivir, Evaristo Carriego inauguró para la poesía argentina un espacio nuevo. Sus dotes de descubridor, ese impulso bautismal, tuvieron la inocencia y el candor del que pisa un planeta por primera vez: a Buenos Aires le empezaba a crecer una ciudad en las entrañas y demandaba su cantor. Carriego levantó la mano y la pluma y se hizo cargo. Cantó primero junto a un gallo en la mañana del barrio.”
