Cuando Miranda nació, aún no tenía nombre, pero lo que sí tenía era un cuello muy largo, el más largo de toda la sabana. Su cuello era más largo que una manguera de bomberos, más largo que la Muralla China, más largo que el río Nilo y más largo que un día sin pan. Su cuello taaaaan largo hacía de Miranda la jirafa más alta de toda la sabana. Era más alta que un rascacielos, más alta que la Torre Eiffel, más alta que el Everest y más alta que ancha. Su graaaan altura hacía de Miranda la mejor jirafa meteoróloga de toda la sabana. Cuando se ponía de pie y estiraba su larguísimo cuello, podía ver a través de las nubes y predecir qué tiempo iba a hacer. Los habitantes de la sabana estaban encantados con sus predicciones. No se confundía jamás. Hasta que un día, sin saber por qué, todo cambió. ¿Qué pasará con Miranda? ¿Sufrirá un calambre en el cuello? ¿Menguará de repente? ¿Se le subirá la fama a la cabeza? Adéntrate en esta divertida historia para descubrirlo.
